sábado, 19 de abril de 2008

incidencia en afirmación cultural

Incidencia en afirmación cultural.

Sueña extraño hablar de incidencia pública en cuestiones relacionadas a la afirmación de la diversidad cultural andina o amazónica, pero había que hacerlo a propósito de un programa en preparación realizado por la red de núcleos de afirmación cultural andina del altiplano peruano, a la que fuí invitado a participar junto con mi colega Jorge Ishizawa a comienzos del mes de Abril del 2008 en el local de la Asocación Chuyma Aru en Puno.

Digo que suena extraño por dos razones. Primero porque estamos acostumbrados a escuchar de incidencia política cuando se trata de abrir o colocar en el debate público un tema considerado importante, aunque desapercibido para la mayoría de las personas, como por ejemplo los derechos de las mujeres indígenas sobre sus conocimientos en materia de medicina tradicional. Una actividad de incidencia debería resultar en acciones de protección y salvaguarda de parte del Estado y las instituciones asociadas al tema, pero muy poco se ha escuchado de incidir para que la afirmación de la diversidad cultural encuentre un lugar en las políticas regionales o del estado nacional en su conjunto. En segundo lugar, porque para muchas familias indígenas es mejor que muchas de sus prácticas ancestrales, aunque importantes para su vida diaria, permanezcan en secreto para evitar la burla de un público acostumbrado a percibir sus saberes como cosas del pasado y dignas de ser olvidadas. Mejor entonces que no se conozcan. Como me dijo alguna vez Humberto Tapullima, indígena quechua de la comunidad de Solo en Lamas, San Martín: "para qué hablar a los ingenieros sobre la importancia de la luna en el desarrollo de los cultivos si se van a reir de lo que les digo. Mejor estar callados y evitar la verguenza". Si esto es así, entonces para qué difundirlos si los saberes van a ser objeto de burla.

Sin embargo, los núcleos de afirmación cultural, llamados Naca's, que constituyen una red llamada "Naca's Sur", afirman que es urgente y necesaria la difusión e incorporación en las políticas regionales de los "saber-hacer" del pueblo aymara y quechua que habitan el altiplano sur andino peruano. Argumentan que la comida y el buen vivir de las más de 350 mil familias aymaras y las 400 mil familias quechuas dependen poco de los conocimientos modernos y mucho de los antiguos. Que sembrar y cosechar en un medio de drasticidades climáticas como sucede de modo frecuente en el altiplano es un arte que debe ser conservado. Las cosechas dependen del modo como las familias conversan con el clima, el agua, los vientos, las plantas y los animales.

La Asociación Chuyma Aru (Chuyma@speedy.com.pe), en un extraordinario trabajo cuya publicación lleva el título de: "Señas y Secretos de Crianza de la Vida" (Puno, 2007. 287pp) ha documentado más de 500 saberes-haceres que muestran la manera fina como los aymaras conversan con la naturaleza para regenerar la vida. Y esto es sólo una muestra y no todo el repertorio que diariamente practican para, como dicen ellos, criar la vida. De modo que una acción de difusión de ellos no sólo serviría para que el público no familiarizado con estos temas descubra este rico bagage cognoscitivo y se deslumbre frente a su extraordinaria riqueza, sino también para que nuestros agrónomos y técnicos que laboran en desarrollo rural tengan a la par no sólo los conocimientos científicos que proporciona la enseñanza de la agronomía, pero además puedan contar con las herramientas prácticas de un saber sobre el cual fundar una nueva disciplina agrícola consonante con nuestra rica tradición agrícola de no menos de ocho mil años, y de este modo contribuir a hacer florecer la vida en una región que tanto la necesita. Una acción de incidencia no debería servir sólo para valorizar estos saberes, sino para vigorizarlos y potenciarlos, de modo que junto con otros saberes constituyan el soporte fuerte y decisivo para una vida agropecuaria saludable.

Incidir implica difundir pero también, y esto lo saben bien los integrantes de los Naca's Sur, ordenar y sistematizar la vivencia institucional. Poner la experiencia de 20 años de acompañamiento a más de 200 comunidades quechuas y aymaras en el altiplano al servicio de las organizaciones indígenas, campesinas, intituciones estatales y privadas, así como al público en general, y que ésta sirva de orientación a las políticas asociadas a la afirmación de la diversidad cultural andinas, implica además de publicar textos y videos hacer que la "chacra brille".

Existen infinidad de experiencias en el altiplano pero que no han logrado incidir de modo sostenido en las comunidades al margen de los apremios y ayudas institucionales circunstanciales. Hay mucho ruido mientras un proyecto está en terreno pero es poco lo que se observa una vez que el apoyo externo finaliza. En este sentido, el mejor slogan institucional no logra impactar porque no hay una realidad que lo respalde. La pregunta es si en el campo de la afirmación cultural, en particular sobre la agrobiodiversidad, la salud, las artes sanas, la crianza del agua y de los animales, existen ejemplos remarcables en las comunidades producto y resultado de la acción de acompañamiento de los Naca's Sur como para que puedan servir de testigos de lo que se dice en los textos. Ellos, los técnicos de los Naca's Sur, dicen que sí, y entonces, si quieren incidir deberían ser capaces de probarlo a la par que lo difunden. El mejor ejemplo, en este sentido, será la demostración práctica de que lo realizado ayuda al "vivir mejor" de las comunidades.

Dicen las abuelas que: "el pan bueno se vende solo" aludiendo a la innecesaria actividad de mercadeo del que hacen gala muchos proyectos de desarrollo. El Altiplano ha sido testigo desde la mitad del siglo XX de acciones de desarrollo. Todo el muno está de acuerdo en que los resultados son magros para la inversión realizada. Veremos lo que nos traen los 20 años de actividades de afirmación de la diversidad cultural. Esperamos que sea un aliento de afirmación a la vida de manera que sirva de ejemplo para otras comunidades de la región.

Grimaldo Rengifo Vásquez
Pratec. Lima, Abril, 2008.

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